LUDWIG SNIDER SUAREZ ACEVEDO


SELECCIÓN POÉTICA

Rediviva

Estallan los poros
Todos ellos desmadejados en la alcoba,
Estamos en la costra del aliento,
Derrumbados arañamos las paredes
En la convulsa regurgitación orgásmica,
Nos hicimos muertos de placer en esta historia.
Ahora queda la buena herida abierta
Y nuestras lenguas que salan la memoria.



Confesión

Otra vez la musa mas tirana
La que asemeja tu rostro entre recuerdos


de una sola corazonada,
de un solo estallido muscular,
de una sola y buena vez
arranco a esperarte
como siempre, como anoche te esperaba,
jadeando
desbaratado en calor y ansiedad,
de una sola buena vez te espero a diario.
Eres la bella muerte
que juega a entregarme los huesos de sus manos,
en el ademán del lanzamiento
se ha quedado todo mi celo,
te espere de una sola buena vez.
ahora escarbo todas las huellas;
soy el perro que busca los huesos
en la tierra hundida que olvidaste.



Nueva era


Esta es una nueva historia de carroñas agrias,
de talones roidos en el camino,
de labios de arcilla desbaratados entre la huella.

este es un nuevo comienzo,
el polvo deambula recién oxidado
y los buitres apenas parecen viejos.

Las plumas de los colibríes se desbaratan en las telarañas,
las piedras recién despiertan
ante el rostro del caído.
esta es la nueva era
cuando pasmados
intentamos la travesía para cambiar de ojos
el poema.



Confesión


Te beso sobre el puente peatonal
mientras un gallinazo inaugura la cuenca
del perro muerto de todas las historias.

tal vez el humo de los autobuses
deteriore esta saliva que inculcamos con detenimiento.

tal vez las cornetas de las volquetas
interrumpan el testimonio de las palabras
que nos tiramos con ternura.

de pronto -quizá sin saberlo-
nos condecore una maldición
por interrumpir el paso de los transeúntes.

quizá no sea memorable
el oxidado paso del polvo entre nuestras manos,
la resquebrajada cara del desagüe
y el buitre que a gazapos
intenta llegar sin nuestra cuenta
a los nuevos ojos agrios sazonados en el pavimento.

difícil conmoverte bienamada.




De los días




Otra vez la mañana,
La zurra de las horas
Que nos desgarran los huesos.


La mañana es una puta concertada
Donde muere la noche
y se acuna la esperanza de que acabe el día.
Ahora los niños bailan el acabose
En su elixir de mocos y sonrisas,
Un balón raya las nubes
De una tarde que en pocos días se recordara desierta.
Tristes y escasos, perros han salido a la deriva del celo
Entre los pasillos urbanos
Y las adustas parroquianas dormidas
Por la sazón inclemente del mediodía.
Las sonrisas de los colegiales avivan el barullo
Clandestino y testimonial
Que se eleva con la miasma
De los últimos borrachos que orinaron las esquinas.
Se despliega un aleteo fugas
Y cierro la ventana a los pájaros
Que me han venido volando la memoria.

0 comentarios:

LECTOR Nº